(texto registrado en Safe Creative)
Un saludo, Lou G.
Se sentó en la cama de la habitación, y se quedó mirándose los pies descalzos "hoy es el día esperado", pensó mientras se inclinaba un poco para coger la caja de zapatos que compró hace dos meses en el Centro Comercial de Cadlwell, unos simples zapatos negros de punta redonda con tacón y una fina tira negra que se abrocha en el tobillo. Acomodó bien los pies dentro de ellos y se puso de pie...
_Madre mía, tenía que haberlos dado de sí antes de ponérmelos, ouuutchhhh._ Murmuró.
Caminó hasta el espejo de cuerpo entero y le gustó lo que vio. Viste un vestido de encaje azul oscuro,casi a conjunto del color de sus ojos, es por encima de la rodilla y cuello barco que estiliza bastante bien su figura... Perdió un poco la noción del tiempo mirándose y retocándose, cuando...
Sonó el móvil y por la música personalizada que tiene de tono, sabe que es su compañera de universidad durante estos últimos años de carrera periodística, buscó el teléfono y sin mirar, colgó y lo guardó en su bolso de mano a conjunto con los zapatos. Vuelve a insistir... _Voyyy... voyyyyyy_, se dijo mentalmente mientras corría a su armario, cogió la percha donde estaba su toga negra y el birrete amarillo limón que no pega con nada de lo que llevaba puesto y corriendo, bajó las escaleras de la casa de acogida donde vivía, una de tantas.
No se despidió de nadie, porque ya sabían todo lo que tenían que saber sobre el grandioso día de hoy, salió y se subió al coche de su colega que no para de tocar el claxon como una loca.
Camino a la universidad, comenzó a notar una sensación rara en el estomago, no es la primera vez que le pasa y sin saber el porque, miró por el retrovisor fijando la vista en algo, o eso es lo que su subconsciente le hacía pensar. _Ya empezamos Elizabeth, mira que llevas todo este último año con esa tontería de que te sientes observada, ¡quieres relajarte, mujer! es normal que tengamos coches detrás de nosotras estamos en una carretera, chica._ Giró la cabeza a dirección de Elsa y vio que sus ojos se ponían blancos y comenzaba a resoplar, Beth le sacó la lengua y se burlo de ella, pero aun así, su estomago estaba revuelto, y no sabia el porqué.
_Ya hemos llegado, vamos a buscar a los demás y nos colocamos este saco, horrible_ Dijo su fiel y querida compi de graduación mientras aparca el coche.
(minutos más tarde)
_Por la derecha Fritz, deja el coche a la derecha y no entres_
Dijo con voz calmada, Darius, que se encontraba en el asiento de atrás de un llamativo coche de color negro y cristales tintados que no dejaban entrar ni una pizca de luz.
Aparcaron a escasos nueve coches de la entrada del parking del campus donde se encontraba su hija, ella estaba con un grupo de amigas ya atareadas con las vestimentas de la graduación. _Mi señor, ¿preparo la cámara de fotos?_ comentó el anciano mayordomo con cierto nerviosismo en sus palabras, aunque Fritz llevaba años como doggen en la casa de Darius su respeto hacia su señor era abrumador, _sí, Fritz y cuando tengas varias fotos nos iremos._
El doggen asintió algo triste y esperó a que su amo le diera la señal.
Beth terminó de darse el último repaso mirándose en una de las ventanas de los coches aparcados, la música y el murmullo de la gente comenzaba a ser mas notorio para el comienzo de su gran día, tomó aire y lo soltó poco a poco, inconscientemente su mano fue a su estomago y ahogó una bocanada de aire mientras su nerviosismo hacía mella, pero no por estar nerviosa por la simple fiesta de graduación sino porque ella seguía sintiendo esa impresión que la acompañaba en algunos momentos de su vida, "venga señorita Randall, respira y verás como esos nervios desaparecen,es el día de tú graduación y tus paranoias están volviéndote loca" se animó a sí misma mientras se alisaba la toga que cubría su precioso vestido.
_Mi señor su hija ya va de camino_ susurró Fritz.
_Gracias_ respondió Darius, con voz seria pero algo más inquieta.
El doggen en todo momento comunicaba a su amo los movimientos que su hija realizaba en todo momento. Beth no sabía nada sobre sus raíces biológicas, solo sabía lo justo y necesario, que su madre murió nada más nacer ella y de su padre... nunca supo quien era y si estaba vivo, desde muy pequeña estaba de casa en casa en un programa de acogida y Darius nunca daba el paso de ir a buscarla aunque la espiaba, la cuidaba de lejos, él sabía que debería ir y decirle la verdad de quien era y con mucho tacto, en su momento, porque no era sencillo, decirle de lo que algún día podría pasarle a Beth cuando se aproximara a los 25 años, dado que ella es fruto de dos ADN bien diferentes, mitad vampiro, mitad humana pero que con un poco de suerte su transición nunca se efectuaría, pero si así pasara... no podría perderla de vista porque Darius no se permitiría perder a otro de sus hijos.
Darius se acomodó en el asiento de piel mientras que el anciano mayordomo le decía cada movimiento de su hija mestiza por una especie de comunicador desde el asiento del conductor, esta era la manera que se comunicaban cuando el vampiro y su sirviente salían a la luz del día para poder ver si su hija estaba en perfectas condiciones.
El rey de los vampiros cada noche sufría por saber si ella pasaría o llegaría al cambio, cada noche rogaba en silencio que no ocurriera tal cosa y que sí pasara debería de pedir a uno de sus guerreros, uno de sangre pura que por favor le diera su sangre para poder sobrevivir, aunque convencer a Wrath de tal cosa le llevaría su tiempo, pero aun así Darius le escribió una carta que el doggen guardaba por si él, si por cualquier situación, muriera o le pasara algo antes de que Beth cumpliera la edad del cambio. Bastante mal lo paso Darius cuando con sus propios ojos veía que sus otros hijos morían por no poder pasar la transición de humano a vampiro.
_Mi señor, salgo del coche_ la vocecilla del doggen era ahora sí un manojo de nervios dado que no tenía que ser visto y ser bastante hábil, dado que la luz del sol, envejecía su piel mucho más rápido.
_Elizabeth Anne Randall_ tomó aire y subió a la tarima para coger su diploma, miró a su profesora y la sonrío emocionada, no pudo creer que todo esto ya haya acabado y seguidamente se fue a la fila del fondo junto sus amigos graduados, saltando como una niña pequeña.
Empezaba a finalizar el evento, caía ya la noche y volvió a sonar la música de graduación, su compañera hizo el esperado diálogo y desde su posición veía a sus padres y a los de sus compañeros, todos emocionados por sus hijos, ella simplemente ponía su mejor sonrisa ya que seguía sintiéndose extraña , pero rápido se le pasó y disfrutó del momento
Detrás de todo el bullicio de gente el doggen no dejaba de hacer fotos con una cámara digital pequeña y manejable, en cuanto todos los graduados empezaron a tirar los birretes y a dar gritos como locos, Fritz sonrió emocionado al ver como la pequeña Beth crecía y se convertía en una hermosa mujer de cabello negro largo liso y unos asombrosos ojos, como los de su padre, una mujer alta y fuerte.
_Ya estoy aquí, señor_ dijo cuando entró en el coche.
_Bien Fritz, ¿cómo estaba ella?_
_Bien mi señor, su hija es una dama fuerte y saludable_ bramó el doggen mientras arrancaba el coche y salía de donde estaba estacionado poniendo rumbo hacia la masión. El vampiro no hacia mas que pensar en lo que le hubiera gustado estar sentado frente a ella y lanzarle miraditas de padre orgulloso, pero eso de momento no podía ser.
_Beth...Beth... feliz graduación, amiga_ se puso a reír cuando su loca ex-compañera de graduación vino y la abrazó fuerte, sus padres también la felicitaron, como también sus zapatos le felicitaban haciéndole un daño increíble, pero este dolorcillo no la iba a dejar que su fiesta, terminara tan pronto.
En el coche de Elsa se quitó los zapatitos y se hizo un masaje en los pies hasta que llegaron a su destino, ninguna de las dos iban acompañadas por dos buenorros y macizos machotes donde se organizaba la fiesta de graduación, "si tenemos que ir acompañas que sea.... juntas de la mano" rememoro en su cabeza las palabras que siempre se decían cuando se acercaba la fecha, y así fue. Cogió aire y la extraña sensación en el estomago, ya no estaba... ahora la sensación se encontraba pulsando en el dedo meñique de su pie derecho amenazando con una ampolla de campeonato.
_Creo que esta noche me quedaré sentada sin bailar_ Elsa soltó una carcajada y subió la música del coche a toda leche.
_Pues si hay que quedarse sentadas, nos quedaremos sentadas, la mejor compañía es el alcohol y estar descalzas mientras vemos como los cuerpos aritmicos se mueven al ritmo de conga y música imbailable_ gritaba mientras conducía.
_Pues tienes razón._ Reía, Beth.
Las dos no paraban de reírse y a los cinco minutos ya estaban frente la sala donde se celebra la gran fiesta, entraron y percatándose de un par de sillas, se sentaron la dos y la tercera compañera de Elizabeth, "su ampolla." Pensó mientas su amiga iba a buscar algo de beber.
_Ya hemos llegado, señor_
Darius salió del coche y entro en su casa, todo estaba traquilo. Doggens terminando algunas tareas domesticas y poco mas. Se dirigió al salón y tocando el cuadro del siglo XVII esperó a que se abriera para dar paso a su alcoba. Una vez en ella, cogió el marco elegido para poner la foto de la graduación de su hija, su híbrida hija Beth.
FIN
increible peciosa esta genial
ResponderEliminarDIOOOOOOOOOOOOOOS COMO ME GUSTA ESTA SAGA!!!!!!!!!!!! ESTÁ CHULISIMO MININA MIA!!!!! MOMENTOS ASÍ QUE NO SE TIENEN MUY EN CUENTA EN LOS LIBROS SE AGRADECEN DE CORAZÓN!!!! FELICIDADES GUAPA!!! SI, ESCRIBO EN MAYÚSCULAS POR QUE ME HA ENTUSIASMADO JAJAJAJA BESOS PRECIOSA!!!!
ResponderEliminarJajajajjaja gracias Isa, la verdad es q me han encantado tus mayúsculas porque me dan más ganitasssss de escribir. Esta es mi primera vez y sé que no será la última.
ResponderEliminarMay... muchas gracias, mi niña
Besos a las 2.
XOXO